Hay cierta paz que sólo en un estado
de inmaterialidad siembra su huella;
acaso sea la paz sutil estrella
transitando en su esfera grado a grado.
Hay cierta paz difícil de explicarse
sin colaboración de otras instancias;
acaso la expresión de las sustancias
en química resuelva cómo darse.
Y hay cierta paz, al fin, en la paz misma
que se dice y se asienta en propia base,
en la divina base, ¡quién llegase
a alcanzar los colores de su prisma!
Acaso la Paz sepa de antemano
dónde posar el beso, el pan, la mano.