Empezar sin saber, pero a sabiendas
de que la brevedad toma su tiempo,
expandir el momento en un momento,
no creer al reloj en línea recta.
No arrojarse a la suma de los días
como quien echa al fuego una mirada.
Observar es parar. Y todo para
cuando el observador se manifiesta.
Dar gracias porque es hoy, siempre es el día
donde juegan los puntos del espacio,
donde juegan la suma y la medida.
Y no temer. No temas, alma en tiempo:
el fin es el principio. El movimiento
a la quietud te lleva y te retira.