En este verso de agua
el agua no es tan corriente,
hay un líquido viviente
que en las emociones fragua
y se te pega a la enagua
como un perro con cadena.
Puede ser una condena
si no lo sabes domar:
el perro sin su collar
es su alegría y su pena.
El oficio de vivir
me ocupa parte del día;
yo aguardo con alegría
el final del devenir.
Cuando despierto es dormir
la escena en el escenario;
si hago caso al calendario
y me quejo de mi suerte
no entenderé que la muerte
es final imaginario.
Todo tiempo y todo amor
es el mismo Amor y Tiempo;
nunca hubo amor a destiempo,
el futuro fue anterior.
Hay un fuente interior,
una isla mar adentro,
centro del punto de encuentro,
y ese agua no es corriente:
es un líquido viviente
brotando dentro, muy dentro.