María Fernández Lago

21 de may de 20171 min.

ACEPTACIÓN

La vida algunas veces agradable

de mañanas saluda y me regresa,

pero aún así y aquí el alma confiesa

la inclinación al temporal mutable.

Prefiero el huracán al viento amable

que me acomoda el día. No hay sorpresa

mayor que conocerse ni promesa

que me desvíe de lo inevitable.

Y si tras la galerna queda apenas

un poco más de menos de mí misma,

si quedo a la merced del oleaje,

replegaré las velas y en mis venas

haré nido hacia arriba; la marisma

me encontrará y será otro viaje.

#sonetos

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